Sobre nosotras

Frente Feminista Nacional

Feministas de 16 entidades del país hacemos un llamado a la articulación nacional, en donde coincidamos diferentes expresiones de los feminismos en México. Nos interesa entretejer puntos de encuentro y trazar vías de acción desde nosotras, a la largo del territorio nacional.

Convocamos a una alianza plural, diversa, a través del Frente Feminista Nacional (FFN), el cual ha sido resultado de las sinergias feministas y de los retos que implican construir una fuerza política feminista nacional, con capacidad de incidir en el avance y defensa de los derechos humanos de las mujeres, evitar retrocesos y construir una democracia feminista en todas las dimensiones de la vida. La situación actual nos convoca a unir esfuerzos para articularnos a través de una organización amplia, para dar voz y rostro a las distintas expresiones de los feminismos en México.

Nuestro punto de partida es el reconocimiento a nuestras ancestras por su participación en los grandes acontecimientos nacionales, a través de la organización, las luchas sufragistas y por la defensa de nuestro territorio, los movimientos sindicales, magisteriales, y otros muchos, así como el reconocimiento del valor de las actividades de las mujeres en la vida cotidiana.

Valoramos las contribuciones de las distintas formas que nos hemos dado las feministas para el avance de nuestra agenda: alianzas, redes, coaliciones, frentes y movimientos, para reivindicar los derechos humanos de las mujeres. Desde las grandes organizaciones gremiales que siguieron a los dos congresos feministas de 1916, construidas al calor de las luchas sociales de la postrevolución e industrialización del país, hasta la formación de grupos de mujeres y feministas a fines de los años setenta y ochenta y su intervención en diversos espacios y articulaciones con otros movimientos a partir de los últimos treinta años.

Reconocemos la contribución de los grupos pioneros de los  años setenta  que cuestionaron el patriarcado, el sexismo, el androcentrismo, la opresión y la subordinación de las mujeres.

Retomamos la solidaridad y aportes de los grupos feministas en las luchas urbanas, sociales, políticas, campesinas, indígenas, afromexicanas, de la diversidad sexual, en la academia, en las políticas públicas, en los espacios autónomos, en la construcción de leyes, en los medios de comunicación, en la intervención en plataformas internacionales, en la presión para que el Estado asuma los tratados, convenios y acuerdos que lo obligan a tomar medidas para erradicar la discriminación, la violencia y la desigualdad social contra las mujeres.

Valoramos los esfuerzos nacionales, regionales e internacionales en la articulación feminista, a través de los encuentros, redes y foros autónomos feministas, como respuesta a los intentos por parte de grupos conservadores, de derecha, de las jerarquías católicas y de otras religiones, de dar marcha atrás a los avances de nuestros derechos.

Reconocemos la participación de las feministas que desde cada entidad, ciudad y comunidad  han  contribuido  al  avance  de  los  derechos  de  las  mujeres  a  través  de movilizaciones y protestas y que han dado a conocer las principales  problemáticas locales, muchas veces invisibles ante la mirada nacional e internacional.

Respaldamos los avances que desde todos esos espacios han contribuido a la discusión colectiva sobre la condición y posición de las mujeres y a los logros que se reflejan en el reconocimiento de nuestras demandas.

Antecedentes

En el año 1916 se llevaron a cabo el primer y segundo congresos feministas en nuestro país. A 100 años de esos simbólicos encuentros cuando se inicia una mayor argumentación sobre los derechos de las mujeres en México a estudiar, a trabajar, a votar, es que nosotras, desde distintas expresiones de los feminismos nos proponemos unir esfuerzos para articularnos y dar rostro a una organización nacional feminista.

Reconocemos la participación de nuestras ancestras en los grandes acontecimientos, la organización y las luchas para la construcción de una nación independiente y libre de dictaduras, así como el gran valor de las actividades de las mujeres en la vida cotidiana.

Vemos como aportaciones indispensables las distintas formas de organización para reivindicar los derechos de las mujeres, que se dieron a lo largo del siglo pasado y lo va que del presente. Desde las grandes organizaciones gremiales que siguieron a los dos congresos feministas de 1916, construidas al calor de las reivindicaciones sociales de la postrevolución e industrialización del país, hasta la formación de los pequeños grupos de mujeres y feministas a fines de los 70 y 80.

Valoramos la contribución que hicieron los grupos establecidos en los primeros cinco años de la década de los años 70 como: Mujeres en Acción Solidaria (MAS); el Movimiento Nacional de Mujeres (MNM); el Movimiento de Liberación de la Mujer; el Colectivo La Revuelta y el Movimiento Feminista Mexicano, la Coalición Frente Nacional por la Liberación de las Mujeres y los Derechos Colectivo de Mujeres entre muchos otros, que  cuestionaron el patriarcado, el sexismo y androcentrismo.

Reconocemos los esfuerzos de solidaridad de los grupos feministas en el marco del terremoto de 1985, la construcción del primer sindicato nacional de las trabajadoras de la industria del vestido, el activismo y liderazgo de las mujeres participantes en el Movimiento Urbano Popular y otras organizaciones donde miles de mujeres contribuyeron con su protagonismo en la reconfiguración política de la Ciudad de México. Así como la organización feminista del IV Encuentro Latinoamericano y del Caribe en 1987, en la ciudad de Taxco, Guerrero.

Reconocemos el valor de las grandes redes formadas a finales de los años 80 y en los años noventa tales como: la Red Nacional de Promotoras y Asesoras Rurales, El Foro Nacional de Mujeres y Políticas de Población, Milenio Feminista; la Red de Mujeres Periodistas; la Red de Género y Medio Ambiente; La Red de Mujeres Sindicalistas; Red de Género y Economía, entre otras; varias de ellas agrupadas en torno a la agenda de las conferencias internacionales como las de la Cumbre de la Tierra, las Conferencias de Población y Desarrollo, y la Cuarta Conferencia de las Mujeres de Beijing, China; así como otros instrumentos acordados por la Organización de las Naciones Unidas como la CEDAW, o regionales como Belem Do Pará en Brasil.

Mención especial merecen los aportes a la lucha y la reflexión feminista en las entidades federativas, entre las que podemos mencionar a Colima, Jalisco, Chiapas, o Chihuahua, esta última, en la lucha contra los feminicidios y su impunidad, por la vida y la libertad de las mujeres.

La realización de los encuentros feministas en el país, ha contribuido a la discusión colectiva de los problemas nacionales y de la conformación de agendas feministas. En 1992 se llevó a cabo el VII Encuentro Nacional Feminista en Acapulco Guerrero, y pasaron 18 años sin que se promoviera la organización de otro encuentro feminista.

Durante este lapso, las grandes redes cuya agenda giró en torno a alguna de las conferencias internacionales, llevaron a cabo acciones de incidencia en los parlamentos, las políticas públicas,  los presupuestos, así como en la institucionalización de mecanismos para el adelanto de las mujeres en el ámbito nacional, estatal e internacional.

Las integrantes de partidos políticos demandaron derechos a la representación; algunas lograron un cargo de elección popular, otras ingresaron como funcionarias y trabajadoras en los distintos niveles y ámbitos de gobierno. Por su parte las feministas de la academia crearon programas y planes de estudios de las mujeres y de género en las universidades del país, ya desde fines de los años 80.

Las sindicalistas, periodistas y académicas, construyeron una agenda de reivindicaciones para las mujeres trabajadoras, demandaron espacios en los medios y crearon suplementos feministas en publicaciones. Hacemos especial mención a las publicaciones: Revista FEM que se publicó de 1976 a 2005, el suplemento semanal Doble Jornada, las publicaciones de Cuadernos Feministas y Debate Feminista, las cuales indudablemente han contribuido a la divulgación de temas de interés para los feminismos en México.

En el marco de la realización XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en 2009 (XI EFLC de 2009), en la Ciudad de México, 50 feministas, provenientes de diversas corrientes y redes feministas del país, lanzamos una convocatoria nacional para realizar un Conversatorio Feminista el 28 de Febrero del mismo año, en el cual nos reunimos cerca de 200 feministas  de 17 entidades del país. En este conversatorio, se identificaron aportaciones de los feminismos a la sociedad y el trabajo de interlocución en las esferas locales, naciones e internacionales; así como causas urgentes de atender, entre ellas, la de fortalecer  la organización y articulación nacional del movimiento feminista y las diversas expresiones de los feminismos; la descentralización de las acciones desde la Ciudad de México, el fortalecimiento del feminismo local en las entidades con el fin de potenciarnos como fuerza política nacional, entre otras.

Durante el XI EFLC de 2009, así como en el Conversatorio Feminista del 28 de Febrero, se propuso la organización del Octavo Encuentro Nacional Feminista, el cual se llevo a cabo en Zacatecas en 2010 con la participación de más de 1300 mujeres de todo el país. La reflexión y articulación de los feminismos continuó con la organización del Noveno Encuentro Nacional Feminista realizado en Jalisco en 2013, con la asistencia de más de 1400 mujeres de todo el territorio nacional.

Durante los encuentros mencionados, se expresó de forma constante la necesidad de llevar a cabo un balance de la situación de las mujeres en México, así como una revisión crítica de las políticas instrumentadas por los distintos niveles de gobierno para atender los problemas y necesidades de las mujeres de todas las edades y circunstancias. Por ello, en el marco de los 20 años de vigencia de la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Internacional de la Mujer (Beijing + 20), un grupo de feministas nos planteamos dar continuidad a nuestra articulación para llevar a cabo un informe alterno al realizado por el gobierno de México, el cual se presentó ante la Comisión Jurídica y Social de la Mujer de Naciones Unidas en 2015. En dicho informe, participamos desde la ciudadanía, más de 140 organizaciones e instituciones académicas, en un proceso de elaboración colectiva inédito.

El informe Alterno Beijing +20 se presentó en la sede del Senado de la República, el 4 de marzo de 2015, y se dió lectura a una declaración política en la que se dejó clara la postura feminista para ser interlocutoras para incidir en las políticas públicas, en la transparencia y rendición de cuentas de los gobiernos, desde una postura crítica. Se entregó una versión ejecutiva de este informe alterno a ONU Mujeres, en el 59 período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), llevado a cabo del 9 al 20 de marzo de 2015 en la sede de las Naciones Unidas (Nueva York).

En el diálogo de intercambio con la delegación mexicana oficial y el grupo de las organizaciones de la sociedad civil que elaboramos el Informe Nacional Alterno Beijing+20, acordamos ante Naciones Unidas:

• Mesas de trabajo permanente a nivel municipal, estatal y nacional.
• Mesas de trabajo para el seguimiento del cumplimiento de la Plataforma de Acción de Beijing, de la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Contra la Mujer; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, Belém Do Pará y las leyes nacionales en materia de derechos humanos de las mujeres en todas las etapas de la vida y las distintas circunstancias.

En México la participación de feministas activistas, de organizaciones, académicas, políticas, trabajadoras, sindicalistas y mujeres de base, entre otras, permitió la reflexión conjunta acerca de los avances formales en el cumplimiento de los objetivos de las doce esferas de la Plataforma, y también el señalamiento de los muchos pendientes que se tienen con las mexicanas.

Principios

a) Nos identificamos como feministas que actuamos en diversos espacios y nos articulamos en contra de la opresión, subordinación, explotación de las mujeres, así como contra la violencia, discriminación y desigualdad social.

b) Reivindicamos la libre orientación y preferencia sexual, los derechos sexuales y reproductivos; el derecho al aborto, como un derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo en un Estado laico.

c) Cada mujer habla y se representa a sí misma. No es objeto ni medio de poder para otras personas.

d) Nos unimos desde la sororidad y affidamento, al confiar en la otra y respetarnos para compartir, crear, construir y avanzar por la vida y la libertad de las mujeres.

e) Reconocemos, desde la autonomía, la diversidad y pluralidad de los diversos feminismos que favorezcan la construcción de alianzas con otras expresiones políticas -no partidistas- y sociales, tanto locales como nacionales e internacionales.

Objetivos

• Construir una fuerza política nacional feminista, encaminada a la eliminación del patriarcado.
• Fortalecer el ejercicio de la ciudadanía plena, activa e informada encaminada al empoderamiento, liderazgo y autonomía de las mujeres.
• Reconocer el cumplimiento y goce de los derechos de las mujeres con justicia, inclusión, desde un enfoque intercultural, inter-generacional e inter-intragéneros.
• Visibilizar, denunciar y erradicar las violaciones de los derechos humanos de las mujeres en todas las etapas de su vida y circunstancias.
• Incidir con una agenda feminista en las políticas públicas en el ámbito federal, estatal y municipal y en los poderes ejecutivo legislativo y judicial.
• Exigir la transversalidad de género en todas las políticas públicas y presupuestos, con recursos suficientes, progresivos, con procesos de transparencia, rendición de cuentas, y descolonizantes.
• Dar seguimiento al cumplimiento por parte del Estado mexicano de los derechos humanos de las mujeres, establecidos en el marco legislativo, ejecutivo y judicial, internacional y nacional, así como en los ámbitos estatal y municipal.

Vías de acción

1. Seguimiento y reconocimiento a quienes impulsen políticas públicas para la igualdad sustantiva.
2. Gestión de financiamiento internacional, nacional, local y autogestivo. Elaboración de proyectos para la autonomía económica y sostenibilidad de las mujeres.
3. Difusión mediática de nuestros trabajos y posicionamiento en radio, redes sociales virtuales, medios masivos audiovisuales, y portales web, con la visión de tener espacios propios en los medios de comunicación masiva.
4. Pactos sororales: Articulación, vinculación y alianzas locales, nacionales e internacionales con las diversas expresiones de los movimientos feministas y otros afines de forma coyuntural.
5. Generación de conciencias feministas en procesos individuales y colectivos feministas. Construcción en formación, capacitación, actualización, retroalimentación colectiva sobre el conocimiento feminista y teórico con jóvenas, mujeres de colonias, comunidades y poblados del territorio nacional. Sistematizar y difundir las metodologías de trabajo feminista.
6. Posicionamientos políticos feministas mediante actividades que nos visibilicen, reuniones, marchas, movilizaciones, foros públicos. En una relación permanente con los centros de formación e interlocución con los diferentes actoras y actores políticos e institucionales.
7. Reflexión e investigación teórica feminista y su difusión por todos los medios.
8. Contralorías Ciudadanas feministas. Dar cuenta del cumplimiento de los objetivos de igualdad de la política pública y los resultados de los ejercicios presupuestales, así como los resultados cualitativos y cuantitativos a corto y mediano plazo. Apartir de la formación feminista en contraloría ciudadana.  Monitoreo de la gestión pública, seguimiento, sistematización y Evaluación de procesos y resultados. (Políticas, programas y presupuestos). Incidencia para la igualdad social y de género en el ámbito público en los tres poderes y en los tres órdenes de gobierno, a través de iniciativas, contralorías ciudadanas, observatorios.
9. Exhibir, denunciar, difundir, publicar a quienes contravienen con sus actos y omisiones los derechos humanos de las mujeres.
10. Reunirnos a nivel nacional por lo menos una vez al año año, y regional o localmente al menos dos veces al año.
11. Acordar un reglamento para cumplir los principios y medidas de concilización en caso de incumplimiento, cuidando la integración e inclusión como elementos fundamentales. La violencia no puede estar en procesos internos del Frente, sino la resolución de conflictos y la mediación. Precisar  cuando habrá reuniones al año.
12. Incluir en el reglamento la auto regulación: Respetar los tiempos establecidos colectivamente,  no establecer diálogos o monólogos excluyentes. Solicitar la palabra y no interrumpir a quien tiene la palabra. Cumplir acuerdos y tiempos acordados para las tareas, las reuniones, los procesos y resultados. Establecer los mecanismos y limites en las formas de vinculación con entes gubernamentales, partidarias, entre otras. En las comisiones incluir una comisión de ingreso al Frente, y la conformación de un Consejo colegiado. Las mujeres que se sumen puedan ser avaladas o amadrinadas por alguien ya integrante del Frente.
13. Acto de conmemoración vinculado con los 100 años de la constitución.
14. Establecer la estructura del FFN y sus comisiones de trabajo interno

Comisiones del Frente Feminista Nacional (FFN)

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